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Abrir un calendario deportivo con una carrera como el Callejero de Buenos Aires es una apuesta muy fuerte que el Súper TC 2000 se arriesgó a tomar. En materias de organización hay poco para criticar, lo mismo que el trabajo en conjunto con la CDA del ACA para la seguridad del circuito. Aunque hubo algo que falló y se notó: el otorgamiento de licencias…

Durante la primera clasificación del año hubo tres debutantes que estuvieron muy lejos de la punta: Federico Carabetta (Peugeot 408) quedó a 4.077, Javier Manta (Chevrolet Cruze) a 5.278 y Daniel Collazo (Linea) a 6.203. Y, ojo, en un circuito de 2.780 metros de longitud. Pero en la carrera la situación fue peor. A Collazo los autos de punta le sacaron ¡cuatro vueltas en 18 giros dados de 36! Y los otros dos también vieron la bandera azul…

El ACA les dio a los debutantes una licencia por tres carreras, pero esto no dejó de ser motivo de observación para el resto de los competidores. Pechito López aseguró que “sería mejor que debutaran en otra competencia”. Facundo Ardusso, el ganador, también dijo lo suyo: “A algunos los insulté bastante”. Y Christian Ledesma comentó: “Hay que ser más estrictos con las licencias que se entregan. Pero nosotros no tenemos los conocimientos que posee la CDA para dirimir si está bien o mal que se la den a tal o cuál piloto”…

La CDA, asesorada por Gustavo Der Ohanessian, le entregó la licencia a Collazo después de evaluarlo en Alta Gracia y de que quedara a cinco segundos del tiempo de pole de Pechito López…

Pablo Peón, presidente de la categoría, una vez ya manifestó su descontento por cómo se entregaban los permisos para correr y lo describió explicando que se había abierto “la caja de Pandora”. ¿Volvió a ocurrir?

Corsa.

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